Como todos los años, la entrada del año nuevo trae nuevos propósitos y horizontes que conviene establecer de forma clara para arrancar con ganas y motivación un nuevo año lleno de retos.
Si llevamos a cabo un buen plan y lo desarrollamos adecuadamente, es muy probable que éstos se cumplan. Conviene apuntar a objetivos precisos y concretos, sin perderse en una amalgama de intenciones que si no se cumplen, nos frustrarán.
Es muy importante ser consciente de que para escribir nuestros propósitos hay que partir de una página en blanco. Esto implica, soltar, desprenderse y aplicar nuestra moderna magia del orden.
Así que si tu propósito en 2022 es mejorar tu nivel golfístico, debes saber que la buena suerte y prosperidad se atraen creando las circunstancias adecuadas. Es importante alimentarnos de pensamientos positivos, libres de toxicidad y el convencimiento de conseguir unos propósitos asequibles, no imposibles.
Igualmente, hay que ser consciente que hay que dar tiempo para el desarrollo de los propósitos marcados, un swing de golf no cambia de un día para otro, ni siquiera en los 7 días que tiene una semana. Las cosas no son inmediatas. Es preciso ser paciente y constante porque un cambio técnico en golf supondrá que tendrá que pasar un tiempo considerable hasta que nuestro cuerpo y mente lo haya asimilado y mecanizado. Se puede llevar un registro diario de qué hemos hecho cada día para acercarnos a un propósito concreto.
Claves para alcanzar tu propósito
Acotar el propósito
Tendemos a querer tener el swing del mejor jugador del mundo tratando de abarcar mucho y conseguir poco. En el acto de escritura de los objetivos que queremos buscar en nuestro juego en el nuevo año, podemos obligarnos a no enumerar más de tres y dar un máximo de cinco líneas para explicar cada uno de ellos. Hay que evitar conceptos genéricos del tipo “quiero pegarle tan fuerte como Bryson DeChambeau” y concretar en acciones asumibles, realistas. Acabar todas mis vueltas por debajo de 90 golpes, evitar los fallos estratégicos en el campo evitando siempre las zonas donde más penalizará mi siguiente golpe…
Que sea alcanzable
Además de la concreción hay que huir de los propósitos que no dependan de otros. Nuestro profesor de golf puede ayudar a que alcancemos un objetivo, pero al final, esto dependerá de nosotros mismo. Los propósitos son propios y realizables. Erradicar el COVID-19 estaría muy bien, pero parece improbable. Por eso nuestros objetivos, deben de ser objetivos “SMART”: simples, medibles, asequibles y realizables en un tiempo determinado.
Planificarlo
Marcar una agenda, con las diversos etapas del propósito. Para tener un gran swing de golf, primero hay que identificar los errores que uno comete, averiguar si esos errores provienen de un error técnico o bien de tener por ejemplo problemas de psicromotricidad o elasticidad. Es preciso ajustar la rutina laboral y familiar, para poder llevar el plan a la práctica. Ir cumpliendo acciones en el plan de un propósito, ayudan a ir sintiendo la satisfacción necesaria para compensar los obstáculos que puedan aparecer.
Visualizarlo
En golf es muy habitual, visualizar, verbalizar e incorporar un gesto que exprese la intención o propósito. Crea una imagen que defina tu objetivo y desarróllala en tu mente con todo detalle.
Añadir un gesto somático
Aunque sea más difícil, busca expresar o representar tu propósito de cambio en el swing con un gesto corporal. Relaja tu cuerpo, cierra los ojos, visualiza tu objetivo y verbalízalo varias veces, hasta que aparezca un gesto. Cuando esto suceda, ánclalo y repítelo.
Verbalizarlo
Repite verbalmente tu propósito cada día por la mañana y sella tu compromiso con él. Dicen que creamos nuestra realidad, así que confía, visualiza y verbaliza.